Sentir en los cuerpos la facultad de ser protagonistas de todas las posibilidades es un acto de libertad.
Y ella no se ciñe a los hechos que referenciamos e intentamos que sucedan para creernos libres.
Allí son ideas.
Aquí me refiero a ese estado de presencia en el que profundamente podemos atestiguarnos como unidades disponibilizadoras de posibilidad.
Entonces sí, desde aquí, contemplando todo lo posible, podemos elegir decidir.
Entusiasmemos y habilitemos el suceso sensacional de existir.
En el fondo, nada malo puede pasar; o sí.
Aquí está el sabor.
Calma.
Bienvenida la muerte de las ideas.
Bienvenido el juego.
Bienvenid@ vos.
izēki • amoracciōn
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